24 de febrero de 2009

Mi Dentista - relato de terror

Hace tres semanas decidí que después de un año y medio sin revisar mi maravillosa boquita, ya era hora de enfrentarme a mi mayor miedo y acudir al dentista. En buena hora!! Entre "ya te toca limpieza para eliminar las manchas del té" (sí, señores, el té mancha los dientes igual que el café o el tabaco), "la seda dental existe, ¿por qué no os gusta usarla?" (porque luego deja una sencación molesta, a mí en concreto me deja la de que el diente se me ha movido un poco del sitio -una rareza mía, dejadlo estar-), "muy buena higiene dental, apunta -a la enfermera- caries dos y una muela para vigilar"(O_O mi cara es un poema y me explica que una cosa y la otra no tienen que ver, que además de la higiene, las caries, dependen del ph de la saliva y de la calidad del esmalte: consecuencia el mío es pobre, como yo) y por último:

-Uy, esta encía, en este diente, está muy baja, esto no puede estar así, más que nada por tí porque es una zona que está inflamada y seguro que te molesta - la verdad era que sí sentía molestias en esa zona sobre todo con frío/calor- No te preocupes

- ¿Preocuparme? ¿Debería preocuparme? ¿Se me va a caer el diente?

- ¿Caerse? ¿Cuándo? ¿En un año, dos? No, que va, pero sí puede ir a más porque al reir, hablar, comer, etc, tu labio tira de la encía a través del frenillo? ¿Ves que si yo tiro de tu labio el frenillo llega hasta donde termina la encía? ¿Ves que la baja?

Asiento con la cabeza, mientras con una cámara (que adelantos Mari) me muestra la imagen en un pantallón del tamaño de mi tele.

- Pero no te preocupes - Que no me preocupe!!!!! Es mi diente!!! (o como yo le llamo Porculín porque todo le pasa a él, a ese diente, desde el día que nació en mi encía por cesárea del dentista que el jodio no quería salir) - Esto tiene una solución muy sencilla: un implante palatino. Te quitamos encía del paladar y te la ponemos en el lugar en que te falta y en unos días nueva.

O_O Uy
O_O sí
O_O qué
O_O fácil
O_O

Aún no se sabe cuando será la extraña "intervención", pero no dejo de darle vueltas. Por el momento lo único que he sacado en claro de todo esto, es que los dentistas no sólo se ocupan de tus dientes, sino también de tus riñones y por supuesto de la liquidez de tu cuenta corriente.