7 de abril de 2009

Querer (comer) y no poder...

Un mes y varios días después, el 3 de abril, "porculín" fue intervenido (dicho así parece que ha sido detenido por tráfico de armas/drogas en la aduana de algún país cuyo nombre termina en "...tán", pero no) Damas y caballeros, en breve conocerán al mejorado y remodelado "porculín". Ójala mi dentista me pasara una copia de la foto que sacó de la encía nada más realizado el injerto, sé que algunos os moriríais por verla y otros quizás al verla porque es un tanto gore.

Ahora soy una persona nueva: mi abuelo (sin bigote, eso sí): como tantos purés y estoy tan empastillada como él (abu, sabes te lo digo desde el cariño que te quiero mucho) Si, amiguitos, una sencilla intervención bucal y envejeces 60 años del golpe, qué vida esta... Ahora sé lo que siente él en Navidades mientras todos nos ponemos ciegos de cava, langostinos y cordero asado, tras observar lánguidamente su puré de verduras y dedicarnos una mirada llena de resignación. Esa mirada que yo lanzo a Noe, mi compañera de curro, cuando descubro en su tupper un filete de ternera empanado relleno de foie, mientras yo en el mío tengo puré de calabacín. Frío.

Pero no sufrais por mí, porque me estoy sobreponiendo a pasos agigantados: voy a volver a masticar, sin importarme el dolor!! Hoy pude comerme dos trocitos de queso, tardé una hora, pero me los comí, y mañana será mejor, porque yo, por el jamón serrano, hago lo que sea.