Ya no te queda tiempo, se fue. No sabes cómo pero desapareció y te encuentras en ese momento en el que únicamente la soledad parece tener sentido y no quieres escuchar otra cosa que silencio. Y buscas silencio, bebes silencio, comes, respiras, tocas y vives silencio.
Ya pocas cosas tienen sentido. Te das cuenta de lo rápido que fue todo, de cómo unos acontecimientos se encadenaron con otros hasta llegar a hoy, al momento que vives. Sin saber ni cómo, ni qué, ni cuándo, ni dónde, ni por qué, ni quién. Sobre todo "quién": quién eres. Ahora ya no lo sabes. Bien es cierto que nunca lo tuviste demasiado claro, pero... ahora está totalmente opaco. Cuando observas tu reflejo te ves pero desconoces lo que hay más allá.
A veces tienes el deseo de escapar, de dejarlo todo atrás, de salir corriendo. No buscas huir, sino acercarte. Encontrarte. Empezar a ser tú, de nuevo y esta vez de forma definitiva.
El abrazo llega cuando menos lo esperas, por la espalda, sorprendiéndote. Es cálido, comprensivo, tierno, dulce... Y la muralla cae, la duda, el desasosiego, el agobio desaparecen y vuelves a respirar profunda y lentamente. Y entonces lloras, por todo: por lo que conoces y lo que no; por lo que fue, lo que es, lo que será y lo que pudo haber sido. Te acurrucas, no para esconderte sino para tomar fuerzas y resurgir, tras el llanto, siendo otra pero más tú de lo que nunca has sido. Vuelve el silencio y es mejor que el anterior. Es un doble silencio, es compartido: se esfumó la soledad.
24 de julio de 2008
10 de julio de 2008
Divagando...
Anoche, tras terminar de leer el cuarto tomo de "Los muertos vivientes" (gracias, gracias, Insertcoin!!) no dejaba de darle vueltas en mi cabeza a todo lo que había ocurrido en el libro. Puede parecer que un comic ambientado en un mundo en el que los muertos vuelven a la vida convertidos en zombies es algo banal o no pasa de ser un argumento de película de serie B, pero nada más lejos de la realidad.
En un mundo en el que todo el que fallece acaba convertido, aquellos que realmente están muertos son los supervivientes, sólo que aún no lo saben. Sin embargo, no quiero reducirme, este post quiere ir más allá: al fin de la sociedad tal y como la conocemos. Cuando todo aquello que tienes por seguro se desmorona, se desarma, ¿qué es lo que te queda? ¿Qué puedes hacer? Nadie sabe como reaccionaría en tal o cual situación sin haber pasado por ella. Bien, puede hacer una estimación pero es muy sencillo efectuarla desde el sofá de nuestra casa. ¿Qué haría yo? ¿Cómo reaccionaría si despertara un día y el mundo que conozco hubiera cambiado? Es eso lo que le ocurre a Rick: despierta de un coma y todo lo que le rodea es muerte, una pesadilla.
A través de los distintos tomos vemos como Rick y quienes le acompañan van evolucionando en un mundo que requiere medidas extremas y desesperadas a cada paso y pensamos "¿quién soy yo para juzgarle?" No podemos y eso me aterra. Si no puedo juzgar a Rick porque vive una realidad distinta de la mía (aunque sea ficticia), ¿quiere eso decir que tampoco puedo juzgar a aquellos que hoy en día habitan en un país con una cultura diferente? Si lo hiciera así, caería en el relativismo fácil ("como hay muchas realidades diferentes y cada realidad es válida todo está permitido"), algo a lo que me niego (como antropóloga y como persona) Sin embargo, si intentara que todas las realidades se ajustaran a la mía o las juzgara a todas en base a las reglas de ésta acabaría en el etnocentrismo más absoluto, ante lo que me niego aún más. Como antropóloga aprendí que debo ser anti-antirrelativista, debo reconocer que siempre me costó establecerme en dicha posición.
No puedo juzgar a nadie, ni pedirles que adapten su comportamiento a mis normas, pero sí puedo cuestionarme lo que hacen, preguntar, averiguar, estudiar... Hay muchas realidades, todas son varias, pero no hay ninguna que se encuentre fuera de toda duda.
¿Quién dijo que los comics no eran instructivos?
p.D.: Otro día hablaremos de como los zombis y otros no-muertos personifican uno de los mayores terrores del ser humano: el ser y no ser al mismo tiempo, la pérdida de la propia conciencia.
En un mundo en el que todo el que fallece acaba convertido, aquellos que realmente están muertos son los supervivientes, sólo que aún no lo saben. Sin embargo, no quiero reducirme, este post quiere ir más allá: al fin de la sociedad tal y como la conocemos. Cuando todo aquello que tienes por seguro se desmorona, se desarma, ¿qué es lo que te queda? ¿Qué puedes hacer? Nadie sabe como reaccionaría en tal o cual situación sin haber pasado por ella. Bien, puede hacer una estimación pero es muy sencillo efectuarla desde el sofá de nuestra casa. ¿Qué haría yo? ¿Cómo reaccionaría si despertara un día y el mundo que conozco hubiera cambiado? Es eso lo que le ocurre a Rick: despierta de un coma y todo lo que le rodea es muerte, una pesadilla.
A través de los distintos tomos vemos como Rick y quienes le acompañan van evolucionando en un mundo que requiere medidas extremas y desesperadas a cada paso y pensamos "¿quién soy yo para juzgarle?" No podemos y eso me aterra. Si no puedo juzgar a Rick porque vive una realidad distinta de la mía (aunque sea ficticia), ¿quiere eso decir que tampoco puedo juzgar a aquellos que hoy en día habitan en un país con una cultura diferente? Si lo hiciera así, caería en el relativismo fácil ("como hay muchas realidades diferentes y cada realidad es válida todo está permitido"), algo a lo que me niego (como antropóloga y como persona) Sin embargo, si intentara que todas las realidades se ajustaran a la mía o las juzgara a todas en base a las reglas de ésta acabaría en el etnocentrismo más absoluto, ante lo que me niego aún más. Como antropóloga aprendí que debo ser anti-antirrelativista, debo reconocer que siempre me costó establecerme en dicha posición.
No puedo juzgar a nadie, ni pedirles que adapten su comportamiento a mis normas, pero sí puedo cuestionarme lo que hacen, preguntar, averiguar, estudiar... Hay muchas realidades, todas son varias, pero no hay ninguna que se encuentre fuera de toda duda.
¿Quién dijo que los comics no eran instructivos?
p.D.: Otro día hablaremos de como los zombis y otros no-muertos personifican uno de los mayores terrores del ser humano: el ser y no ser al mismo tiempo, la pérdida de la propia conciencia.
4 de julio de 2008
She´s back!!
Mara va a volver... A partir del lunes estaremos on the road again, en cuanto pase a recogerla al taller.
Mi Marita!!! Que vuelve a dormir cerquita de mí!!! Ay!! Qué ganas tenía!!!
:D
Mi Marita!!! Que vuelve a dormir cerquita de mí!!! Ay!! Qué ganas tenía!!!
:D
Suscribirse a:
Entradas (Atom)