10 de julio de 2008

Divagando...

Anoche, tras terminar de leer el cuarto tomo de "Los muertos vivientes" (gracias, gracias, Insertcoin!!) no dejaba de darle vueltas en mi cabeza a todo lo que había ocurrido en el libro. Puede parecer que un comic ambientado en un mundo en el que los muertos vuelven a la vida convertidos en zombies es algo banal o no pasa de ser un argumento de película de serie B, pero nada más lejos de la realidad.

En un mundo en el que todo el que fallece acaba convertido, aquellos que realmente están muertos son los supervivientes, sólo que aún no lo saben. Sin embargo, no quiero reducirme, este post quiere ir más allá: al fin de la sociedad tal y como la conocemos. Cuando todo aquello que tienes por seguro se desmorona, se desarma, ¿qué es lo que te queda? ¿Qué puedes hacer? Nadie sabe como reaccionaría en tal o cual situación sin haber pasado por ella. Bien, puede hacer una estimación pero es muy sencillo efectuarla desde el sofá de nuestra casa. ¿Qué haría yo? ¿Cómo reaccionaría si despertara un día y el mundo que conozco hubiera cambiado? Es eso lo que le ocurre a Rick: despierta de un coma y todo lo que le rodea es muerte, una pesadilla.

A través de los distintos tomos vemos como Rick y quienes le acompañan van evolucionando en un mundo que requiere medidas extremas y desesperadas a cada paso y pensamos "¿quién soy yo para juzgarle?" No podemos y eso me aterra. Si no puedo juzgar a Rick porque vive una realidad distinta de la mía (aunque sea ficticia), ¿quiere eso decir que tampoco puedo juzgar a aquellos que hoy en día habitan en un país con una cultura diferente? Si lo hiciera así, caería en el relativismo fácil ("como hay muchas realidades diferentes y cada realidad es válida todo está permitido"), algo a lo que me niego (como antropóloga y como persona) Sin embargo, si intentara que todas las realidades se ajustaran a la mía o las juzgara a todas en base a las reglas de ésta acabaría en el etnocentrismo más absoluto, ante lo que me niego aún más. Como antropóloga aprendí que debo ser anti-antirrelativista, debo reconocer que siempre me costó establecerme en dicha posición.

No puedo juzgar a nadie, ni pedirles que adapten su comportamiento a mis normas, pero sí puedo cuestionarme lo que hacen, preguntar, averiguar, estudiar... Hay muchas realidades, todas son varias, pero no hay ninguna que se encuentre fuera de toda duda.

¿Quién dijo que los comics no eran instructivos?

p.D.: Otro día hablaremos de como los zombis y otros no-muertos personifican uno de los mayores terrores del ser humano: el ser y no ser al mismo tiempo, la pérdida de la propia conciencia.

4 comentarios:

Kineas dijo...

La verdad es que yo soy un relativista moral convencido. Sólo hay que mirar atrás en la historia para ver qué estaba bien visto entonces y cómo la evolución moral de la sociedad lo ha convertido en algo reprobable. Ejemplos los hay a cientos.

¿Existe un bien superior? ¿Quién lo decide? ¿Quién es capaz de alcanzarlo? Siempre se pueden buscar situaciones lo suficientemente enrevesadas (extremas) como para poder cuestionar ciertos comportamientos tenidos por universalmente buenos.

En cualquier caso, a alguna moral hay que agarrarse para poder vivir socialmente, ya sea la de vive y deja vivir o la de los religiosos ortodoxos (contraria a la primera).

Molan estos post, es una lástima que la gente no se anime a comentar.

La nuit dijo...

¿Eres relativista moral convencido para con tu propia sociedad o para con todas? Esa es la primera pregunta que aparece en mi cabeza tras leer tu comentario y creo que la respuesta a la misma podría conducirnos a una discusión pseudo-filosófica que quizá resultaría demasiado densa para el blog pero maravillosa para tenerla en persona :D

El buscar situaciones extremas que consigan que se tambaleen los pilares de nuestra moralidad (y nuestra ética) e incluso logren que lleguemos a replantearnos toda esa construcción moral, no es más que la demostración de que no hay posibilidad de un pensamiento único y/o absoluto. El ser humano, como ser pensante y razonador, es mudable, maleable, variable: quizás todo lo que consideras ahora como válido o aceptable o íntegro no lo creas dentro de veinte años. Eso no quiere decir que seas un relativista absoluto, sino que cada año pasado te aporta nuevas experiencias (físicas y mentales) que conllevan puntos de vista propios y ajenos, quizás lo nuevo aprendido te atraiga más que el conocimiento anterior y lo sustituya.

En lo referente a que a alguna moral hay que "agarrarse", estoy totalmente de acuerdo y me quedo con aquello de considerar como moralmente positivo lo que me libera y moralmente negativo todo lo que me aliena.

Gracias por contestar :*

Kineas dijo...

Yo tengo unas cuantas... no sé cómo llamarlo, cláusulas morales producto como bien dices de la vida que he llevado hasta la fecha. Es muy probable que, aunque el fondo permanezca más o menos estable, cambie en numerosos puntos de vista a medida que discurra el tiempo vea cosas y acumule experiencias.

Pero al margen de lo que vaya o no conmigo, es mi tendencia como humano a no entender y apenas tolerar comportamientos que considero lesivos para mi conciencia. Isma me suele calificar como misántropo cuando hablo de tal o cual persona, movimiento social o comportamiento de manera (excesiva a veces, lo admito) iracunda.

En cualquier caso, a menudo no entiendo a los humanos pero intento no juzgar a las personas por sus actos, porque estoy convencido de que muchas veces si tuviese todos los datos de una situación, entendería mejor sus comportamientos.

Creo que me he ido por los cerros de Úbeda...

La nuit dijo...

No, no te has ido por ningún cerro.

A mi manera de ver el entendimiento lleva a la comprensión y la comprensión es la que conduce a la aceptación. Sin embargo, que entienda una cosa y la comprenda, no implica que tenga que estar de acuerdo con ella. Es a lo que me refería cuando dije que ninguna cultura (presona, asociación, movimiento...) está fuera de toda duda.

Cuando estudias, cuando te informas, acerca de algo, tu conocimiento aumenta y con el tu experiencia y por supuesto que teniendo todos los datos llegaríamos a comprender, pero nunca podríamos tenerlos todos, nunca podríamos meternos en la mente de esa persona hasta ese punto. Yo tampoco entiendo al ser humano pero lo acepto plenamente porque, para mí, el ser humano es impredecible e incomprensible en su última (o primera) esencia y es eso lo que más me atrae de él.

Ningún estudio antropológico puede elaborarse con un 100% de certeza porque son tantas las variables que influyen, es tan dificil. Sin embargo, cada uno de ellos te descubre más acerca de los otros y también de ti mismo. Somos insondables y ese halo de misterio es lo que me atrapó desde el primer momento y lo que hizo que quisiera ser lo que soy, aunque no pueda vivir de ello.