Hay quien dice que trabajar te hace libre pero, cada mañana, cuando me dirijo al despacho, la única frase célebre que me viene a la cabeza es la de aquel legionario romano en el momento en el que Astérix y Obélix (o Asterix y Obelix) abandonaban el derruido campamento: "¡Enrolaos!, decían. ¡Veréis mundo!, repetían." Así me siento yo: engañada. No es que eche de menos la vida del estudiante: he crecido y conmigo mis responsabilidades y eso es algo que acepto sin rechistar (aunque no de forma abnegada, ¡ojo!) Sin embargo, sí que echo de menos estudiar, bueno más que estudiar aprender.
Hasta hace unos días, llegaba a casa del trabajo y el tiempo restante hasta la hora de acostarme lo dedicaba al mero ocio, sentía que me estaba anquilosando mentalmente. El ocio está bien, está genial, es fantástico!!!! Pero... ¡eh! ¡Tengo una mente! Y si no la uso de vez en cuando acabará atrofiándose. Así que he decidido poner fin a esta situación y, en plena época de crisis, ¡me lanzo de nuevo al mundo universitario!
No dejaré de trabajar y no volveré a la Complutense, sino que lo haré a través de la UNED: retomaré Ciencias Políticas. Terminaré la carrera que "abandoné" por Antropología: acabaré lo que empecé.
Por mí, por mi cerebro y por Tutatis!!!
3 comentarios:
Olé por ti.
Es verdad que como entres en una rutina laboral, el hecho de no tener la mente entretenida con algo intelectual hace que te vuelvas un poco vegetal. Yo también siento que mi curva de aprendizaje está tocando máximos. Necesito nuevos retos.
Un besote
Muy bien, Lena! Ale, vamos a volver a compartir uni!
A mi avísame cuando vayas a hacer pellas, y nos tomamos unas cañitas ;)
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