En plena guerra de Los Balcanes un soldado ojea un periódico sentado en una trinchera, de repente exclama: “¡Joder! La que se ha montado en Ruanda...”. Su compañero le mira en silencio y al cabo de unos segundos vuelve la vista hacia el frente mientras le responde: “Mira que eres raro...”.
Es una escena ficticia, perteneciente a la película cuyo título encabeza este post, pero podría ser real.
Hay momentos en que el absurdo es lo único que queda para poder escapar de lo que nos rodea, otros en los que fijarnos en realidades alternativas nos lleva a pensar lo afortunados que somos y algunos en los que la rutina es el seguro que nos salva de la locura. Afortunadamente son los menos, todos los demás son absolutamente deliciosos.
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