Hace frío fuera y eso me gusta: consigue que llegar a casa sea algo aún más placentero si cabe de lo que ya resulta por sí sólo (sobre todo porque mi piso en verano es un HORNO) Me das frío, un poco de nieve y algo de lluvia y yo soy feliz. Pasear y ver salir nubecillas de vaho cada vez que respiras.
A veces echo de menos mis cigarrillos, sobre todo en esta época del año, delante de una bebida caliente, en un Café tranquilo: sacar un libro, la cajetilla azul de Gauloises y cualquier mechero que llevara en ese momento y no hacer nada más que leer y fumar durante horas. Apurando la bebida o pidiendo otra. En silencio.
Quizás nací para la melancolía. Puede que sólo necesite unas vacaciones o volver a fumar, una vez, y sentir de nuevo el humo escapando entre mis labios. "Recuerdos de fumador", Paul Auster, Smoke y Blue in the face, Javier Krahe, todos conmigo y yo sin un mal pitillo que llevarme a la boca. Y encender. Y fumar. Y consumir. Y apagar.
11 de diciembre de 2008
10 de noviembre de 2008
Documentada
Por fin!! Esta mañana me hice mi nuevo DNI. Fue en un momento, no tardaron nada.
Ahora sólo resta renovar el carné de conducir y la tarjeta de la Seguridad Social para dejar atrás definitivamente el hecho del robo de mi bolso. Qué ganas tengo!!!!!
:D
Ahora sólo resta renovar el carné de conducir y la tarjeta de la Seguridad Social para dejar atrás definitivamente el hecho del robo de mi bolso. Qué ganas tengo!!!!!
:D
9 de noviembre de 2008
¿Qué hacer?
No, no voy a hablaros sobre uno de los míticos libros del revolucionario V. I. Uliánov (aka Lenin) sino de decisiones sin más, de las que hemos tomado, tomamos o tomaremos en un futuro. Dilemas éticos, morales, filosóficos, de intendencia... o simplemente triviales.
¿Antropología, Cc. Políticas o una carrera técnica? ¿Me quedo a estudiar en Madrid o me marcho a Cádiz a hacer Cc. del Mar? ¿Me despido de un curro que odio por otro que no sé si me llenará? ¿Denuncio al tipo que me arrolló con su coche cuando circulaba con mi moto o paso de hacerlo y sigo adelante superando el miedo día a día? ¿Me compro la revista TIME por los cuatro euros que cuesta o los guardo y me quedo sin saber (un poco) qué se opina acerca de la victoria de Obama de primera mano, en su propio país y en su mismo idioma? ¿Me pongo los vaqueros anchos aunque mi jefe me mire mal o la falda "elegante"? Y todos los que están por llegar en un futuro.
Cada uno de nosotros debe enfrentarse a sus interrogantes a su manera, intentando buscar la opinión de los demás o sin contar con ella, tratando de hacer las cosas como considera en cada momento, de mejor o peor forma nadie puede evaluarlo. A veces nos queda la duda del "¿qué hubiera pasado si...?" pero para esos caso yo utilizo la "técnica" de los "Eskorbuto": "No hagas nada de lo que después vayas a arrepentirte pero tampoco te arrepientas luego de no haberlo hecho" Mi interpretación es: hazlo. Quiero decir, tanto si lo haces como si no el truco está en no arrepentirse. Puestas así las cosas lo hago y me quito la duda del "cómo será". En cuanto al "cómo pudo haber sido", intento descartarlo para que no peligre mi salud mental más que nada ;p
¿Antropología, Cc. Políticas o una carrera técnica? ¿Me quedo a estudiar en Madrid o me marcho a Cádiz a hacer Cc. del Mar? ¿Me despido de un curro que odio por otro que no sé si me llenará? ¿Denuncio al tipo que me arrolló con su coche cuando circulaba con mi moto o paso de hacerlo y sigo adelante superando el miedo día a día? ¿Me compro la revista TIME por los cuatro euros que cuesta o los guardo y me quedo sin saber (un poco) qué se opina acerca de la victoria de Obama de primera mano, en su propio país y en su mismo idioma? ¿Me pongo los vaqueros anchos aunque mi jefe me mire mal o la falda "elegante"? Y todos los que están por llegar en un futuro.
Cada uno de nosotros debe enfrentarse a sus interrogantes a su manera, intentando buscar la opinión de los demás o sin contar con ella, tratando de hacer las cosas como considera en cada momento, de mejor o peor forma nadie puede evaluarlo. A veces nos queda la duda del "¿qué hubiera pasado si...?" pero para esos caso yo utilizo la "técnica" de los "Eskorbuto": "No hagas nada de lo que después vayas a arrepentirte pero tampoco te arrepientas luego de no haberlo hecho" Mi interpretación es: hazlo. Quiero decir, tanto si lo haces como si no el truco está en no arrepentirse. Puestas así las cosas lo hago y me quito la duda del "cómo será". En cuanto al "cómo pudo haber sido", intento descartarlo para que no peligre mi salud mental más que nada ;p
21 de octubre de 2008
3 de octubre de 2008
Él
No, no es el gato se Shrek pero es mucho mejor, es Coque!! (aka Coco, aka Coconut, aka Coquenut, aka coliflor, aka súper-b) Bonito, verdad? Casi tanto como "porculero"... A veces te da la noche, te muerde o te araña o tira cualquier cosa con tal de que te despiertes y le pongas comida. Otras veces, sin embargo, cuando el constipado (como hoy) o un accidente de moto (como hace un tiempo) te obligan a permanecer en cama, se tumba a tu lado, con su cabecita en el hueco de tu axila y duerme contigo, dándote calor y, de vez en cuando, algún lametazo (o mordisquito) cariñoso.
2 de octubre de 2008
La vuelta al cole
Hay quien dice que trabajar te hace libre pero, cada mañana, cuando me dirijo al despacho, la única frase célebre que me viene a la cabeza es la de aquel legionario romano en el momento en el que Astérix y Obélix (o Asterix y Obelix) abandonaban el derruido campamento: "¡Enrolaos!, decían. ¡Veréis mundo!, repetían." Así me siento yo: engañada. No es que eche de menos la vida del estudiante: he crecido y conmigo mis responsabilidades y eso es algo que acepto sin rechistar (aunque no de forma abnegada, ¡ojo!) Sin embargo, sí que echo de menos estudiar, bueno más que estudiar aprender.
Hasta hace unos días, llegaba a casa del trabajo y el tiempo restante hasta la hora de acostarme lo dedicaba al mero ocio, sentía que me estaba anquilosando mentalmente. El ocio está bien, está genial, es fantástico!!!! Pero... ¡eh! ¡Tengo una mente! Y si no la uso de vez en cuando acabará atrofiándose. Así que he decidido poner fin a esta situación y, en plena época de crisis, ¡me lanzo de nuevo al mundo universitario!
No dejaré de trabajar y no volveré a la Complutense, sino que lo haré a través de la UNED: retomaré Ciencias Políticas. Terminaré la carrera que "abandoné" por Antropología: acabaré lo que empecé.
Por mí, por mi cerebro y por Tutatis!!!
Hasta hace unos días, llegaba a casa del trabajo y el tiempo restante hasta la hora de acostarme lo dedicaba al mero ocio, sentía que me estaba anquilosando mentalmente. El ocio está bien, está genial, es fantástico!!!! Pero... ¡eh! ¡Tengo una mente! Y si no la uso de vez en cuando acabará atrofiándose. Así que he decidido poner fin a esta situación y, en plena época de crisis, ¡me lanzo de nuevo al mundo universitario!
No dejaré de trabajar y no volveré a la Complutense, sino que lo haré a través de la UNED: retomaré Ciencias Políticas. Terminaré la carrera que "abandoné" por Antropología: acabaré lo que empecé.
Por mí, por mi cerebro y por Tutatis!!!
26 de agosto de 2008
Verano
Es duro volver a la rutina después de unas maravillosas (y muy breves) vacaciones... Cuando empezaba a acostumbrarme a no madrugar en absoluto, el penetrante sonido de "chicharra" (mi despertador) me recordó que no todo es ocio, desgraciadamente. Aunque no dejo de pensar en cómo me aburriría si no tuviera otra cosa que hacer que estar tumbada en la orilla del mar o al borde de una piscina, por lo menos ahora, dentro de unos años quizás no piense igual.
Lo mejor de las vacaciones es que siempre hay una partida de scrabble que jugar, un libro que leer, una población que visitar, un paisaje que descubrir... La diversión es inagotable (en todas sus versiones)!! Es cierto que mi concepto de lo divertido ha variado un poco con los años y que mis vacaciones se han acortado mucho. Recuerdo cuando salía del cole el último día de clase con tres meses bajo el brazo para disponer de ellos a mi antojo: la vastedad del mundo aún por descubrir se abría ante mí. Noches en las que podía estar hasta tarde jugando en la calle, días que pasaba corriendo de acá para allá, subiendo a los olivos que se convertían en inexpugnables fortalezas medievales o barcos llenos de piratas ávidos de tesoros, según el día. Cuando el campo de avena era el mar más azul que hubieses visto nunca o el desierto más árido o el bosque más mágico, oscuro y aterrador. Y el constante olor a verano, siempre presente. Esa mezcla de protector solar, arena, ganado, hierba, lavanda, tierra mojada tras la tormenta, salitre y sudor limpio, todos mis veranos olían así en un momento u otro, con lo que mi memoria agrupó todos esos aromas en uno sólo. No te preocupaba volver, tan intensamente vivías el momento que no pensabas en lo que vendría después. Por otro lado, era algo que llegaba de forma natural junto con la caida de las hojas: el principio del otoño. Sabías que estaba cerca cuando tenías que empezar a poner una colcha sobre la sábana, cuando aún no hacía frío pero empezabas a dejar de sentir el calor y llegaba el momento de visitar las papelerías y hacerme con un surtido de nuevos bolígrafos, cuadernos, libros, carpetas, algo que me fascinaba.
Ahora lo veo todo de distinta manera, desde otra perspectiva. Sin embargo, el verano sigue teniendo el mismo olor y el mismo gusto: el sabor de estar comiéndote la vida a bocados.
Lo mejor de las vacaciones es que siempre hay una partida de scrabble que jugar, un libro que leer, una población que visitar, un paisaje que descubrir... La diversión es inagotable (en todas sus versiones)!! Es cierto que mi concepto de lo divertido ha variado un poco con los años y que mis vacaciones se han acortado mucho. Recuerdo cuando salía del cole el último día de clase con tres meses bajo el brazo para disponer de ellos a mi antojo: la vastedad del mundo aún por descubrir se abría ante mí. Noches en las que podía estar hasta tarde jugando en la calle, días que pasaba corriendo de acá para allá, subiendo a los olivos que se convertían en inexpugnables fortalezas medievales o barcos llenos de piratas ávidos de tesoros, según el día. Cuando el campo de avena era el mar más azul que hubieses visto nunca o el desierto más árido o el bosque más mágico, oscuro y aterrador. Y el constante olor a verano, siempre presente. Esa mezcla de protector solar, arena, ganado, hierba, lavanda, tierra mojada tras la tormenta, salitre y sudor limpio, todos mis veranos olían así en un momento u otro, con lo que mi memoria agrupó todos esos aromas en uno sólo. No te preocupaba volver, tan intensamente vivías el momento que no pensabas en lo que vendría después. Por otro lado, era algo que llegaba de forma natural junto con la caida de las hojas: el principio del otoño. Sabías que estaba cerca cuando tenías que empezar a poner una colcha sobre la sábana, cuando aún no hacía frío pero empezabas a dejar de sentir el calor y llegaba el momento de visitar las papelerías y hacerme con un surtido de nuevos bolígrafos, cuadernos, libros, carpetas, algo que me fascinaba.
Ahora lo veo todo de distinta manera, desde otra perspectiva. Sin embargo, el verano sigue teniendo el mismo olor y el mismo gusto: el sabor de estar comiéndote la vida a bocados.
24 de julio de 2008
A oscuras.
Ya no te queda tiempo, se fue. No sabes cómo pero desapareció y te encuentras en ese momento en el que únicamente la soledad parece tener sentido y no quieres escuchar otra cosa que silencio. Y buscas silencio, bebes silencio, comes, respiras, tocas y vives silencio.
Ya pocas cosas tienen sentido. Te das cuenta de lo rápido que fue todo, de cómo unos acontecimientos se encadenaron con otros hasta llegar a hoy, al momento que vives. Sin saber ni cómo, ni qué, ni cuándo, ni dónde, ni por qué, ni quién. Sobre todo "quién": quién eres. Ahora ya no lo sabes. Bien es cierto que nunca lo tuviste demasiado claro, pero... ahora está totalmente opaco. Cuando observas tu reflejo te ves pero desconoces lo que hay más allá.
A veces tienes el deseo de escapar, de dejarlo todo atrás, de salir corriendo. No buscas huir, sino acercarte. Encontrarte. Empezar a ser tú, de nuevo y esta vez de forma definitiva.
El abrazo llega cuando menos lo esperas, por la espalda, sorprendiéndote. Es cálido, comprensivo, tierno, dulce... Y la muralla cae, la duda, el desasosiego, el agobio desaparecen y vuelves a respirar profunda y lentamente. Y entonces lloras, por todo: por lo que conoces y lo que no; por lo que fue, lo que es, lo que será y lo que pudo haber sido. Te acurrucas, no para esconderte sino para tomar fuerzas y resurgir, tras el llanto, siendo otra pero más tú de lo que nunca has sido. Vuelve el silencio y es mejor que el anterior. Es un doble silencio, es compartido: se esfumó la soledad.
Ya pocas cosas tienen sentido. Te das cuenta de lo rápido que fue todo, de cómo unos acontecimientos se encadenaron con otros hasta llegar a hoy, al momento que vives. Sin saber ni cómo, ni qué, ni cuándo, ni dónde, ni por qué, ni quién. Sobre todo "quién": quién eres. Ahora ya no lo sabes. Bien es cierto que nunca lo tuviste demasiado claro, pero... ahora está totalmente opaco. Cuando observas tu reflejo te ves pero desconoces lo que hay más allá.
A veces tienes el deseo de escapar, de dejarlo todo atrás, de salir corriendo. No buscas huir, sino acercarte. Encontrarte. Empezar a ser tú, de nuevo y esta vez de forma definitiva.
El abrazo llega cuando menos lo esperas, por la espalda, sorprendiéndote. Es cálido, comprensivo, tierno, dulce... Y la muralla cae, la duda, el desasosiego, el agobio desaparecen y vuelves a respirar profunda y lentamente. Y entonces lloras, por todo: por lo que conoces y lo que no; por lo que fue, lo que es, lo que será y lo que pudo haber sido. Te acurrucas, no para esconderte sino para tomar fuerzas y resurgir, tras el llanto, siendo otra pero más tú de lo que nunca has sido. Vuelve el silencio y es mejor que el anterior. Es un doble silencio, es compartido: se esfumó la soledad.
10 de julio de 2008
Divagando...
Anoche, tras terminar de leer el cuarto tomo de "Los muertos vivientes" (gracias, gracias, Insertcoin!!) no dejaba de darle vueltas en mi cabeza a todo lo que había ocurrido en el libro. Puede parecer que un comic ambientado en un mundo en el que los muertos vuelven a la vida convertidos en zombies es algo banal o no pasa de ser un argumento de película de serie B, pero nada más lejos de la realidad.
En un mundo en el que todo el que fallece acaba convertido, aquellos que realmente están muertos son los supervivientes, sólo que aún no lo saben. Sin embargo, no quiero reducirme, este post quiere ir más allá: al fin de la sociedad tal y como la conocemos. Cuando todo aquello que tienes por seguro se desmorona, se desarma, ¿qué es lo que te queda? ¿Qué puedes hacer? Nadie sabe como reaccionaría en tal o cual situación sin haber pasado por ella. Bien, puede hacer una estimación pero es muy sencillo efectuarla desde el sofá de nuestra casa. ¿Qué haría yo? ¿Cómo reaccionaría si despertara un día y el mundo que conozco hubiera cambiado? Es eso lo que le ocurre a Rick: despierta de un coma y todo lo que le rodea es muerte, una pesadilla.
A través de los distintos tomos vemos como Rick y quienes le acompañan van evolucionando en un mundo que requiere medidas extremas y desesperadas a cada paso y pensamos "¿quién soy yo para juzgarle?" No podemos y eso me aterra. Si no puedo juzgar a Rick porque vive una realidad distinta de la mía (aunque sea ficticia), ¿quiere eso decir que tampoco puedo juzgar a aquellos que hoy en día habitan en un país con una cultura diferente? Si lo hiciera así, caería en el relativismo fácil ("como hay muchas realidades diferentes y cada realidad es válida todo está permitido"), algo a lo que me niego (como antropóloga y como persona) Sin embargo, si intentara que todas las realidades se ajustaran a la mía o las juzgara a todas en base a las reglas de ésta acabaría en el etnocentrismo más absoluto, ante lo que me niego aún más. Como antropóloga aprendí que debo ser anti-antirrelativista, debo reconocer que siempre me costó establecerme en dicha posición.
No puedo juzgar a nadie, ni pedirles que adapten su comportamiento a mis normas, pero sí puedo cuestionarme lo que hacen, preguntar, averiguar, estudiar... Hay muchas realidades, todas son varias, pero no hay ninguna que se encuentre fuera de toda duda.
¿Quién dijo que los comics no eran instructivos?
p.D.: Otro día hablaremos de como los zombis y otros no-muertos personifican uno de los mayores terrores del ser humano: el ser y no ser al mismo tiempo, la pérdida de la propia conciencia.
En un mundo en el que todo el que fallece acaba convertido, aquellos que realmente están muertos son los supervivientes, sólo que aún no lo saben. Sin embargo, no quiero reducirme, este post quiere ir más allá: al fin de la sociedad tal y como la conocemos. Cuando todo aquello que tienes por seguro se desmorona, se desarma, ¿qué es lo que te queda? ¿Qué puedes hacer? Nadie sabe como reaccionaría en tal o cual situación sin haber pasado por ella. Bien, puede hacer una estimación pero es muy sencillo efectuarla desde el sofá de nuestra casa. ¿Qué haría yo? ¿Cómo reaccionaría si despertara un día y el mundo que conozco hubiera cambiado? Es eso lo que le ocurre a Rick: despierta de un coma y todo lo que le rodea es muerte, una pesadilla.
A través de los distintos tomos vemos como Rick y quienes le acompañan van evolucionando en un mundo que requiere medidas extremas y desesperadas a cada paso y pensamos "¿quién soy yo para juzgarle?" No podemos y eso me aterra. Si no puedo juzgar a Rick porque vive una realidad distinta de la mía (aunque sea ficticia), ¿quiere eso decir que tampoco puedo juzgar a aquellos que hoy en día habitan en un país con una cultura diferente? Si lo hiciera así, caería en el relativismo fácil ("como hay muchas realidades diferentes y cada realidad es válida todo está permitido"), algo a lo que me niego (como antropóloga y como persona) Sin embargo, si intentara que todas las realidades se ajustaran a la mía o las juzgara a todas en base a las reglas de ésta acabaría en el etnocentrismo más absoluto, ante lo que me niego aún más. Como antropóloga aprendí que debo ser anti-antirrelativista, debo reconocer que siempre me costó establecerme en dicha posición.
No puedo juzgar a nadie, ni pedirles que adapten su comportamiento a mis normas, pero sí puedo cuestionarme lo que hacen, preguntar, averiguar, estudiar... Hay muchas realidades, todas son varias, pero no hay ninguna que se encuentre fuera de toda duda.
¿Quién dijo que los comics no eran instructivos?
p.D.: Otro día hablaremos de como los zombis y otros no-muertos personifican uno de los mayores terrores del ser humano: el ser y no ser al mismo tiempo, la pérdida de la propia conciencia.
4 de julio de 2008
She´s back!!
Mara va a volver... A partir del lunes estaremos on the road again, en cuanto pase a recogerla al taller.
Mi Marita!!! Que vuelve a dormir cerquita de mí!!! Ay!! Qué ganas tenía!!!
:D
Mi Marita!!! Que vuelve a dormir cerquita de mí!!! Ay!! Qué ganas tenía!!!
:D
24 de junio de 2008
The move
Todo era un caos. Mirara donde mirara había cajas llenas de..., de..., la verdad, ahora no sabría decir de qué. ¡Cómo se pudieron reunir tantas cosas en tan poco tiempo! Aunque, pensándolo bien, no ha sido "tan poco": esta no fue nuestra primera mudanza.
Todo comenzó el viernes con el traslado de pequeñas cosas y continuó el sábado. Tras el alquiler de la furgoneta-camión, en Chamartín, llegó el momento de bajar de "vieja casa" las cajas más pesadas y empezar a cargarlas, afortunadamente para nosotros (sobre todo para kine que fue quien cargaba lo más pesado, ya que yo seguía un tanto convaleciente) llegó InsertCoin para echarnos una mano y unas risas, todo sea dicho. Una vez que estuvimos listos partimos en busca de la cama, el colchón, las mesillas, etc., productos que había que recolectar en otro huerto. Todo cupo en la furgoneta-barco, que era grande como ella sola, y volvimos a partir, esta vez con rumbo "nueva casa".
Llegados allí, kine se plantó y dijo que hacía demasiado tiempo que él no conducía un coche como para aparcar esa fugoneta-trolebús, que lo hiciéramos alguno de nosotros, así que me puse al volante de la misma y aparqué a la primera (tenía que dejar constancia de esto, así como del hecho de que no me dejaras conducir la furgoneta después de que tras llevarla un ratín dijeras que lo hacía muy bruscamente, que no me daba cuenta de que no llevaba un deportivo sino una furgoneta-transatlántico y bla, bla, bla..., pero es que yo sé que hay que darles caña, para ese vehículo 90km/h por ciudad no es nada, menudencias) Ya vuelvo. Tras descargar todo, nos quedamos en casa de Lo esperando a Lau y una vez que estuvimos los cinco Lo nos invitó a comer, hecho que aún agradecemos :D Tras una divertida sobremesa (historias "quiero algo" incluidas ;p) nos marchamos al **** (paso de marcas) a comprar cositas que aún necesitábamos cuatro de nosotros.
A la vuelta del ****, una vez descargado lo último, pudimos llevar la furgoneta-plataforma pretolífera a Chamartín de nuevo despidiéndonos de ella apropiadamente.
El domingo, más de lo mismo pero en coche. El lunes más de lo mismo again. Ayer por la tarde, con el dormitorio y la estantería maravillosamente montados por kine (bonito!!) el piso ya tenía aspecto de vivienda. Sin cajas por en medio, sin plásticos, sin restos de nada. Ahora sólo queda lo más complicado tras una mudanza, pero también lo mejor: convivir. Aunque no sé por qué me da en la nariz que no se nos va a dar del todo mal...
:D
Todo comenzó el viernes con el traslado de pequeñas cosas y continuó el sábado. Tras el alquiler de la furgoneta-camión, en Chamartín, llegó el momento de bajar de "vieja casa" las cajas más pesadas y empezar a cargarlas, afortunadamente para nosotros (sobre todo para kine que fue quien cargaba lo más pesado, ya que yo seguía un tanto convaleciente) llegó InsertCoin para echarnos una mano y unas risas, todo sea dicho. Una vez que estuvimos listos partimos en busca de la cama, el colchón, las mesillas, etc., productos que había que recolectar en otro huerto. Todo cupo en la furgoneta-barco, que era grande como ella sola, y volvimos a partir, esta vez con rumbo "nueva casa".
Llegados allí, kine se plantó y dijo que hacía demasiado tiempo que él no conducía un coche como para aparcar esa fugoneta-trolebús, que lo hiciéramos alguno de nosotros, así que me puse al volante de la misma y aparqué a la primera (tenía que dejar constancia de esto, así como del hecho de que no me dejaras conducir la furgoneta después de que tras llevarla un ratín dijeras que lo hacía muy bruscamente, que no me daba cuenta de que no llevaba un deportivo sino una furgoneta-transatlántico y bla, bla, bla..., pero es que yo sé que hay que darles caña, para ese vehículo 90km/h por ciudad no es nada, menudencias) Ya vuelvo. Tras descargar todo, nos quedamos en casa de Lo esperando a Lau y una vez que estuvimos los cinco Lo nos invitó a comer, hecho que aún agradecemos :D Tras una divertida sobremesa (historias "quiero algo" incluidas ;p) nos marchamos al **** (paso de marcas) a comprar cositas que aún necesitábamos cuatro de nosotros.
A la vuelta del ****, una vez descargado lo último, pudimos llevar la furgoneta-plataforma pretolífera a Chamartín de nuevo despidiéndonos de ella apropiadamente.
El domingo, más de lo mismo pero en coche. El lunes más de lo mismo again. Ayer por la tarde, con el dormitorio y la estantería maravillosamente montados por kine (bonito!!) el piso ya tenía aspecto de vivienda. Sin cajas por en medio, sin plásticos, sin restos de nada. Ahora sólo queda lo más complicado tras una mudanza, pero también lo mejor: convivir. Aunque no sé por qué me da en la nariz que no se nos va a dar del todo mal...
:D
16 de junio de 2008
Siempre hay una primera vez...
Es curioso como un pequeño incidente puede trastocar nuestra rutina de golpe y porrazo (nunca mejor dicho en este caso) Hace más de un mes que conduzco a Mara de forma habitual y en todo ese tiempo, exceptuando algunos sustos puntuales, nunca tuve ningún problema, caída, encontronazo, etc. Es más, el miércoles pasado, cuando volví a cogerla después de unos días de lluvia, me di cuenta de lo bien que me había hecho a ella, de lo agradable que me resultaba conducirla y de lo segura que me sentía sobre ella.
Esta mañana, por unos instantes, cambió todo cuando un elemento ajeno a mí, llamémosle coche, decidió que no le merecía la pena frenar para mirar a su derecha antes de atravesar el carril bus-moto-taxi. La casualidad (aunque hay quien dice que las casualidades no existen) quiso que en ese preciso instante Mara y yo circuláramos por dicho carril. Cuando quise darme cuenta le tenía encima; un instante después me había golpeado.
Mara se encabritó. Me costó controlarla. Caímos. Noté como mi cuerpo golpeaba el asfalto y se arrastraba por el mismo; cuántos metros, no sabría decirlo. La cabeza no cayó hasta el último momento, cuando ya todo había pasado (bendito casco) Me quedé un rato tumbada en el suelo, intenté moverme y lo conseguí sin dificultad pero magullada. No sabría describir lo que sentí en esos momentos cuando todo era tan confuso. Sólo sé que intuí antes de que me golpeara que iba a hacerlo, que me caería y que iba a doler; sin embargo, dolió mucho menos de lo que pensaba/esperaba.
Me incorporé lentamente y otro motero, uno de los tres que circulaban tras de mí en el momento del accidente, me ayudó a ponerme en pié y me preguntó si estaba bien, contesté que sí y rompí a llorar. Me temblaban las manos. El llanto fue breve, apenas segundos. Entre los tres chicos levantaron la moto y la acercaron al arcén.
Cuando llegó el conductor del coche le cayó "la del pulpo" (de forma verbal) por parte de uno de los chicos, a mí aún me costaba hablar. Todos me dejaron sus teléfonos, su nombre y sus apellidos, por si tenía algún problema y tras asegurarse por sexta vez de que estaba bien se marchan a trabajar.
El otro conductor, pálido del susto, y yo nos quedamos haciendo el parte. Era de León, la primera vez que venía a Madrid y estaba medio perdido. No le justifico, antes de efectuar un giro que implique invadir otro carril, debes asegurarte de que no circula ningún vehículo por el mismo. Si en lugar de ser yo hubiera sido un autobús... Hay cosas en las que prefiero no pensar.
Cuando terminamos el parte, nos despedimos. Subí en Mara, la arranqué y volví a ponerme en marcha, con dificultad porque el pedal del embrague acusó el impacto curvándose hacia arriba de forma que cambiar de marcha se convierte en un handicap. Descubrí que no tengo miedo y que sigo queriendo a Mara como el primer día.
Llegué al trabajo, conté lo ocurrido y me mandaron al médico del seguro. Allí me hicieron pruebas para asegurarse de que eran sólo contusiones lo que tenía. Me prescribieron un día de reposo (hoy) Mañana ya se verá...
Ahora estoy en casa, con la rodilla izquierda como una patata de gorda y de color morado berenjena. Cotusiones en brazos, cadera, muslos y espalda y abrasiones en el empeine y tobillo izquierdos. Nada para lo que podía haber sido. Mi pena mayor es que he tenido que dejar a Mara aparcada frente al curro, pero pronto la tendré de vuelta. Me considero muy afortunada, la verdad.
Creo que hoy me dejaré mimar...
Esta mañana, por unos instantes, cambió todo cuando un elemento ajeno a mí, llamémosle coche, decidió que no le merecía la pena frenar para mirar a su derecha antes de atravesar el carril bus-moto-taxi. La casualidad (aunque hay quien dice que las casualidades no existen) quiso que en ese preciso instante Mara y yo circuláramos por dicho carril. Cuando quise darme cuenta le tenía encima; un instante después me había golpeado.
Mara se encabritó. Me costó controlarla. Caímos. Noté como mi cuerpo golpeaba el asfalto y se arrastraba por el mismo; cuántos metros, no sabría decirlo. La cabeza no cayó hasta el último momento, cuando ya todo había pasado (bendito casco) Me quedé un rato tumbada en el suelo, intenté moverme y lo conseguí sin dificultad pero magullada. No sabría describir lo que sentí en esos momentos cuando todo era tan confuso. Sólo sé que intuí antes de que me golpeara que iba a hacerlo, que me caería y que iba a doler; sin embargo, dolió mucho menos de lo que pensaba/esperaba.
Me incorporé lentamente y otro motero, uno de los tres que circulaban tras de mí en el momento del accidente, me ayudó a ponerme en pié y me preguntó si estaba bien, contesté que sí y rompí a llorar. Me temblaban las manos. El llanto fue breve, apenas segundos. Entre los tres chicos levantaron la moto y la acercaron al arcén.
Cuando llegó el conductor del coche le cayó "la del pulpo" (de forma verbal) por parte de uno de los chicos, a mí aún me costaba hablar. Todos me dejaron sus teléfonos, su nombre y sus apellidos, por si tenía algún problema y tras asegurarse por sexta vez de que estaba bien se marchan a trabajar.
El otro conductor, pálido del susto, y yo nos quedamos haciendo el parte. Era de León, la primera vez que venía a Madrid y estaba medio perdido. No le justifico, antes de efectuar un giro que implique invadir otro carril, debes asegurarte de que no circula ningún vehículo por el mismo. Si en lugar de ser yo hubiera sido un autobús... Hay cosas en las que prefiero no pensar.
Cuando terminamos el parte, nos despedimos. Subí en Mara, la arranqué y volví a ponerme en marcha, con dificultad porque el pedal del embrague acusó el impacto curvándose hacia arriba de forma que cambiar de marcha se convierte en un handicap. Descubrí que no tengo miedo y que sigo queriendo a Mara como el primer día.
Llegué al trabajo, conté lo ocurrido y me mandaron al médico del seguro. Allí me hicieron pruebas para asegurarse de que eran sólo contusiones lo que tenía. Me prescribieron un día de reposo (hoy) Mañana ya se verá...
Ahora estoy en casa, con la rodilla izquierda como una patata de gorda y de color morado berenjena. Cotusiones en brazos, cadera, muslos y espalda y abrasiones en el empeine y tobillo izquierdos. Nada para lo que podía haber sido. Mi pena mayor es que he tenido que dejar a Mara aparcada frente al curro, pero pronto la tendré de vuelta. Me considero muy afortunada, la verdad.
Creo que hoy me dejaré mimar...
9 de junio de 2008
Crash
Pesadillas recurrentes. Palabras inconexas. Nula capacidad exponencial. Pensamiento opaco. Cansancio.
Las musas no están. Despierto a una realidad difícil de afrontar: quizás nunca estuvieron.
Las musas no están. Despierto a una realidad difícil de afrontar: quizás nunca estuvieron.
27 de mayo de 2008
Caleidoscopio
Llevo demasiado tiempo sin escribir y no es por falta de ganas, sino por escasez de ideas. Pienso en lo bien que me vendría un viaje, lo noto, me lo pide el cuerpo con esos dos pequeños apéndices que crecen sobre mis hombros, alas que renacen, fuertes, poderosas.
Me gusta pensar que no tengo que alcanzar ninguna meta física, que marcarme un punto de llegada sería como anclar mi imaginación. Sin embargo, aquí sigo, atorada, sin inspiración, abandonada a mi suerte por las musas.
Observo la imagen que me devuelve el espejo y pienso en pasar al otro lado, seguir a la trasnochada Alicia y engullir un pedazo de deliciosa seta. Decido, sin embargo, asomarme a la ventana y esperar la llegada de Peter, aunque esta vez mi deseo final sea el de unirme a las filas del Capitán Garfio. Me giro; busco su sombra por toda la habitación. Ya no está, creo recordar que la última vez se fue con él...
Llamo a Ahab y a Kurtz. A Hemingway, a Mailer y a Bukowski. A los vilipendiados perdedores. Los quiero a todos a mi lado, cerca de mí, ahí donde pueda verlos. Jugaremos al poker, fumaremos, beberemos... Repetiremos antiguos ritos, compartiremos secretos, reiremos, seremos nosotros antes que cualquier otro, seremos libres. Y cuando todo haya terminado observaremos nuestras obras, las nuevas creaciones y con ojos enrojecidos y manos temblorosas las rasgaremos y arrojaremos al fuego, acabando con todo aquello que sólo la más absoluta desesperación puede crear.
Después, desaparecerán todos de nuevo. Volveré a estar sola sin mis musas, escudriñando la oscuridad con un atisbo de sonrisa en los labios.
Me gusta pensar que no tengo que alcanzar ninguna meta física, que marcarme un punto de llegada sería como anclar mi imaginación. Sin embargo, aquí sigo, atorada, sin inspiración, abandonada a mi suerte por las musas.
Observo la imagen que me devuelve el espejo y pienso en pasar al otro lado, seguir a la trasnochada Alicia y engullir un pedazo de deliciosa seta. Decido, sin embargo, asomarme a la ventana y esperar la llegada de Peter, aunque esta vez mi deseo final sea el de unirme a las filas del Capitán Garfio. Me giro; busco su sombra por toda la habitación. Ya no está, creo recordar que la última vez se fue con él...
Llamo a Ahab y a Kurtz. A Hemingway, a Mailer y a Bukowski. A los vilipendiados perdedores. Los quiero a todos a mi lado, cerca de mí, ahí donde pueda verlos. Jugaremos al poker, fumaremos, beberemos... Repetiremos antiguos ritos, compartiremos secretos, reiremos, seremos nosotros antes que cualquier otro, seremos libres. Y cuando todo haya terminado observaremos nuestras obras, las nuevas creaciones y con ojos enrojecidos y manos temblorosas las rasgaremos y arrojaremos al fuego, acabando con todo aquello que sólo la más absoluta desesperación puede crear.
Después, desaparecerán todos de nuevo. Volveré a estar sola sin mis musas, escudriñando la oscuridad con un atisbo de sonrisa en los labios.
10 de mayo de 2008
Back in town
He vuelto!!! Tras dos semanas en blanco y después de haberme tomado por primera vez unas vacaciones decentes, las cuales no disfrutaba desde aquel mítico viaje de relax total a Almería con Alex (te acuerdas?)
Esta vez mis pasos me llevaron a la otra punta de la península, y nunca mejor dicho: señores, por fin he visitado Galicia (con uso de razón, quiero decir, estuve una vez con dos años pero misteriosamente no lo recuerdo, para que vean ustedes qué cosas tiene la memoria) Fueron siete días absolutamente deliciosos: la gente, los paisajes, la comida, la compañía (sobre todo)... No quería volver. Al llegar a Madrid me toco sufrir el temido "síndrome post-vacacional", el cual no duró mucho porque en el nuevo trabajo no paro de hacer (y aprender) cosas. Todas las horas que paso allí combinadas con la vuelta al gimnasio consiguen que me quede poco tiempo para la reflexión contemplativa, una lástima por otra parte.
Esta semana, además, se sumó a todo lo anterior que volví a coger mi Marita, yupi!!! Aunque he tenido algún que otro susto, por ejemplo, el día que circulando por López de Hoyos se cruzó un coche, que iba a girar a la izquierda y que estaba situado en el carril de mi derecha, sin señalar la maniobra con el intermitente. Una vez delante de mí, frenó en seco obligándome a girar bruscamente hacia la derecha si no quería empotrarme en su maletero. Lo peor de la situación: por el carril de la derecha circulaba un autobús, cuyo conductor afortunadamente había observado "el percal" anterior de modo que pudo frenar a tiempo antes de llevarnos por delante a Mara y a mí en nuestro intento desesperado de esquivar al conductor suicida.
Hay muchas más anécdotas, claro, es lo que tiene que sólo haga una semana que conduzco moto sin haberla cogido antes más que por el circuito. Lo raro es que no me haya caido aún... aunque sé, parafraseando a Ale, que Mara cuidará de mí.
El momento absoluto de pánico, aquel en el que el sudor frío recorrió mi espalda y un grito inhumano e histérico salió de mi garganta, aún no lo he contado (aunque hay cinco privilegiados que disfrutaron anoche de la primicia) Merece un post aparte, el cual llegará porque tiene suspense, sustos y algo de terror, que se lo pregunten si no a los pobres ancianos que lo presenciaron en directo. Seguro que aún tienen pesadillas, si las tengo yo...
Esta vez mis pasos me llevaron a la otra punta de la península, y nunca mejor dicho: señores, por fin he visitado Galicia (con uso de razón, quiero decir, estuve una vez con dos años pero misteriosamente no lo recuerdo, para que vean ustedes qué cosas tiene la memoria) Fueron siete días absolutamente deliciosos: la gente, los paisajes, la comida, la compañía (sobre todo)... No quería volver. Al llegar a Madrid me toco sufrir el temido "síndrome post-vacacional", el cual no duró mucho porque en el nuevo trabajo no paro de hacer (y aprender) cosas. Todas las horas que paso allí combinadas con la vuelta al gimnasio consiguen que me quede poco tiempo para la reflexión contemplativa, una lástima por otra parte.
Esta semana, además, se sumó a todo lo anterior que volví a coger mi Marita, yupi!!! Aunque he tenido algún que otro susto, por ejemplo, el día que circulando por López de Hoyos se cruzó un coche, que iba a girar a la izquierda y que estaba situado en el carril de mi derecha, sin señalar la maniobra con el intermitente. Una vez delante de mí, frenó en seco obligándome a girar bruscamente hacia la derecha si no quería empotrarme en su maletero. Lo peor de la situación: por el carril de la derecha circulaba un autobús, cuyo conductor afortunadamente había observado "el percal" anterior de modo que pudo frenar a tiempo antes de llevarnos por delante a Mara y a mí en nuestro intento desesperado de esquivar al conductor suicida.
Hay muchas más anécdotas, claro, es lo que tiene que sólo haga una semana que conduzco moto sin haberla cogido antes más que por el circuito. Lo raro es que no me haya caido aún... aunque sé, parafraseando a Ale, que Mara cuidará de mí.
El momento absoluto de pánico, aquel en el que el sudor frío recorrió mi espalda y un grito inhumano e histérico salió de mi garganta, aún no lo he contado (aunque hay cinco privilegiados que disfrutaron anoche de la primicia) Merece un post aparte, el cual llegará porque tiene suspense, sustos y algo de terror, que se lo pregunten si no a los pobres ancianos que lo presenciaron en directo. Seguro que aún tienen pesadillas, si las tengo yo...
26 de abril de 2008
Mi moto y yo
Me despierto y pienso "hoy es el día". Después de un nutritivo desayuno, cojo los papeles, el casco y las llaves y salgo de casa con la intención de coger mi moto por primera vez fuera de un circuito.
Llego frente a ella. Quito el seguro. Me pongo el casco. Monto. La desbloqueo. La enciendo y pulso el botón de arranque: no ocurre nada. What the...!!! Me quito el casco, lo dejo frente a mí encima del depósito y busco el móvil. Llamo a Luis. Un tono... Dos...
- Dime peque.
- No arranca. No sé que pasa. Está encendida, pulso el botón y no arranca.
- ¿Estás presionando el embrague?
- Eeeehhh... [MIEEEEERDAAAAA!!!!!] Espera... Ya está. Gracias.
- (Risas, muchas risas) No hay de qué.
Lo había olvidado por completo, en fin... Una vez que he arrancado, enfilo la calle.
Al principio voy despacio, tanteando, sin pasar de segunda. Cuando llego a López de Hoyos todos los semáforos están en verde y decido que es el momento de meter tercera por primera vez!!! Todo va bien, como la seda, así que me dedico a callejear durante aproximadamente 45 minutos.
Cuando llego a casa Luis me dice que he tardado poco. Le digo que voy a llevar la moto hasta Lavapiés donde he quedado con dos amigas para comer. ¿Qué si me veo capaz? Por supuesto!!
Sobre la una y media salo de casa de nuevo: con casco pero sin guantes y con una chaquetilla que, a decir verdad, no me protegerá en absoluto en caso de caída.
Decido que iré por Serrano en lugar de por la Castellana, pero una manifestación a la altura de Colón hace que mi decisión sirva de poco. Así es como me veo metida en mi primer atasco (en moto) La policía nos desvía hacia la Castellana [Aaaaahhhhh!!! OMFG!!!!] Descubro que no es tan malo como pensaba... Después de Cibeles llegan el Paseo del Prado, la Glorieta de Carlos V y Embajadores. A la altura de La Casa Encendida giro a la derecha y un poco después estaciono en Lavapiés.
Tras una estupenda, animada y divertida comida emprendo la vuelta. Esta es es mucho mejor que la ida, estoy más segura y confiada. Alcanzo los 65km/h y meto cuarta por Embajadores y Velázquez.
Cuando aparco la moto, estoy orgullosa de mí misma, aunque suene mal decirlo así... Creo que no lo he hecho nada mal para ser la primera vez y en base a la experiencia decido que mañana seré yo misma quien lleve la moto a Velilla. Si he sido capaz de meter cuarta por el centro seré capaz de meter quinta en autopista ;D
Pero eso es otro post...
Llego frente a ella. Quito el seguro. Me pongo el casco. Monto. La desbloqueo. La enciendo y pulso el botón de arranque: no ocurre nada. What the...!!! Me quito el casco, lo dejo frente a mí encima del depósito y busco el móvil. Llamo a Luis. Un tono... Dos...
- Dime peque.
- No arranca. No sé que pasa. Está encendida, pulso el botón y no arranca.
- ¿Estás presionando el embrague?
- Eeeehhh... [MIEEEEERDAAAAA!!!!!] Espera... Ya está. Gracias.
- (Risas, muchas risas) No hay de qué.
Lo había olvidado por completo, en fin... Una vez que he arrancado, enfilo la calle.
Al principio voy despacio, tanteando, sin pasar de segunda. Cuando llego a López de Hoyos todos los semáforos están en verde y decido que es el momento de meter tercera por primera vez!!! Todo va bien, como la seda, así que me dedico a callejear durante aproximadamente 45 minutos.
Cuando llego a casa Luis me dice que he tardado poco. Le digo que voy a llevar la moto hasta Lavapiés donde he quedado con dos amigas para comer. ¿Qué si me veo capaz? Por supuesto!!
Sobre la una y media salo de casa de nuevo: con casco pero sin guantes y con una chaquetilla que, a decir verdad, no me protegerá en absoluto en caso de caída.
Decido que iré por Serrano en lugar de por la Castellana, pero una manifestación a la altura de Colón hace que mi decisión sirva de poco. Así es como me veo metida en mi primer atasco (en moto) La policía nos desvía hacia la Castellana [Aaaaahhhhh!!! OMFG!!!!] Descubro que no es tan malo como pensaba... Después de Cibeles llegan el Paseo del Prado, la Glorieta de Carlos V y Embajadores. A la altura de La Casa Encendida giro a la derecha y un poco después estaciono en Lavapiés.
Tras una estupenda, animada y divertida comida emprendo la vuelta. Esta es es mucho mejor que la ida, estoy más segura y confiada. Alcanzo los 65km/h y meto cuarta por Embajadores y Velázquez.
Cuando aparco la moto, estoy orgullosa de mí misma, aunque suene mal decirlo así... Creo que no lo he hecho nada mal para ser la primera vez y en base a la experiencia decido que mañana seré yo misma quien lleve la moto a Velilla. Si he sido capaz de meter cuarta por el centro seré capaz de meter quinta en autopista ;D
Pero eso es otro post...
21 de abril de 2008
8 de abril de 2008
Sólo quedan diez
Hay canciones que no se deberían escuchar en días como hoy, grises y lluviosos...
Hace años no hubiera logrado pasar de los primeros acordes. Sin embargo, esta tarde, la escucho una y otra vez; la disfruto de principio a fin: la voz, la cadencia, la letra...
Sonrío, miro atrás, vuelvo a sonreir. Buena parte de la banda sonora (y la poesía) de mi vida la forma Quique y en menos de diez días le veré, de nuevo, subido a un escenario :D
Hace años no hubiera logrado pasar de los primeros acordes. Sin embargo, esta tarde, la escucho una y otra vez; la disfruto de principio a fin: la voz, la cadencia, la letra...
Sonrío, miro atrás, vuelvo a sonreir. Buena parte de la banda sonora (y la poesía) de mi vida la forma Quique y en menos de diez días le veré, de nuevo, subido a un escenario :D
6 de abril de 2008
Cambios
La vida está llena de ellos. Algunos los buscamos, otros nos son impuestos, los menos simplemente ocurren. Deseados y odiados a partes iguales, a veces no son más que un escollo a salvar para poder seguir adelante.
Mi amigo J. dice que aprender a aceptar lo inevitable es crucial, si no cuántos cabezazos nos daríamos contra la pared! No es fácil, cuesta, sobre todo porque, como bien dice G. el cariño se toma en el día a día; sin embargo, creo que J. y yo ya nos tenemos suficiente cariño (y demostrado) como para poder permitirnos esa "lejanía".
Puedo afirmar, entonces, que hay otros cambios que ocupan más lugar en mi cabeza: los elegidos. Uno ya llevaba fraguándose hace tiempo y ha coincidido con el obligatorio (dicho así, parece que hablara de un "retiro" a Siberia)
El segundo, es un paso más.
A veces me paro, miro alrededor, pregunto, y como nadie responde, pienso. Son muchas cuestiones y muchas de ellas aún no tienen respuesta. No la he encontrado, pero tampoco creo necesitarla.
Mi amigo J. dice que aprender a aceptar lo inevitable es crucial, si no cuántos cabezazos nos daríamos contra la pared! No es fácil, cuesta, sobre todo porque, como bien dice G. el cariño se toma en el día a día; sin embargo, creo que J. y yo ya nos tenemos suficiente cariño (y demostrado) como para poder permitirnos esa "lejanía".
Puedo afirmar, entonces, que hay otros cambios que ocupan más lugar en mi cabeza: los elegidos. Uno ya llevaba fraguándose hace tiempo y ha coincidido con el obligatorio (dicho así, parece que hablara de un "retiro" a Siberia)
El segundo, es un paso más.
A veces me paro, miro alrededor, pregunto, y como nadie responde, pienso. Son muchas cuestiones y muchas de ellas aún no tienen respuesta. No la he encontrado, pero tampoco creo necesitarla.
21 de marzo de 2008
Cuatro
Lo mejor es lo que no te cuento,
aquello que me gustaría que adivinaras en mi mirada.
Soy lo que no digo.
aquello que me gustaría que adivinaras en mi mirada.
Soy lo que no digo.
Dos
Si pudieras ver lo que yo veo
quizás dejara de ser real,
o puede que lo fuera más que nuca.
Si pudieras ver lo que yo veo...
quizás dejara de ser real,
o puede que lo fuera más que nuca.
Si pudieras ver lo que yo veo...
17 de marzo de 2008
Anhelos
Es una máxima en la antropología el hecho de que no hay una sola realidad, sino tantas como personas la observen. Esta mañana mientras paseaba por algunas de las salas del Museo Reina Sofía, disfrutando de la exposición de Picasso, no podía dejar de pensar en ello.
La representación del mundo que efectúan los cubistas, es la de una realidad vista desde todos los ángulos, desde todas las perspectivas. Esto no se refleja en una sucesión de imágenes sino que se plasman todas en una sola, al mismo tiempo, de esta forma cada cual puede ver en el cuadro una realidad diferente de la que vean los demás. A mí me gusta jugar a buscar todas las facetas... y no quedarme con ninguna. Es la deconstrucción del objeto elevada a su máxima potencia y eres tú, el que observa, quien debe darle una nueva forma, reconstruirlo.
La obra no está finalizada hasta que es expuesta, hasta que el público puede contemplarla, ya que es el espectador el que la finaliza, el que la cierra. Lo más interesante de todo esto es que cada uno de nosotros lo hace de una manera diferente, según cual sea nuestra realidad.
La representación del mundo que efectúan los cubistas, es la de una realidad vista desde todos los ángulos, desde todas las perspectivas. Esto no se refleja en una sucesión de imágenes sino que se plasman todas en una sola, al mismo tiempo, de esta forma cada cual puede ver en el cuadro una realidad diferente de la que vean los demás. A mí me gusta jugar a buscar todas las facetas... y no quedarme con ninguna. Es la deconstrucción del objeto elevada a su máxima potencia y eres tú, el que observa, quien debe darle una nueva forma, reconstruirlo.
La obra no está finalizada hasta que es expuesta, hasta que el público puede contemplarla, ya que es el espectador el que la finaliza, el que la cierra. Lo más interesante de todo esto es que cada uno de nosotros lo hace de una manera diferente, según cual sea nuestra realidad.
12 de marzo de 2008
Es el destino de todo maraudero...
..., como bien dice nuestro querido mu, aprobar a la segunda. Sí, señores, soy Apta! :D Toda una motera con papeles, no sólo en espíritu!
Ha sido increible: acompañaba el día, la moto, la rampa (que esta vez no me ha fallado) y mi niño que fue para verme, aunque no llegaras a tiempo, muchas gracias cielo :* No todo ha sido perfecto, he tenido un deficiente en la aceleración final, no se escuchó demasiado, y creo que no vieron el pie que apoyé entre el cuarto y el quinto pivote, jejeje (por lo menos no lo marcaron), por lo demás great! Ahora toca aprender a conducir de verdad ;p
Muchas gracias a todos por vuestros ánimos!!! Os mando montooones de besos!!
P.D.: insertcoin, pasé hoy por mi ex-facultad pero nadie supo darme razón del hombrecillo de los carteles, si me entero de algo más adelante te aviso.
Muy bien, señores, pues con esto y un bizcocho entre col y col, lechuga.
Ha sido increible: acompañaba el día, la moto, la rampa (que esta vez no me ha fallado) y mi niño que fue para verme, aunque no llegaras a tiempo, muchas gracias cielo :* No todo ha sido perfecto, he tenido un deficiente en la aceleración final, no se escuchó demasiado, y creo que no vieron el pie que apoyé entre el cuarto y el quinto pivote, jejeje (por lo menos no lo marcaron), por lo demás great! Ahora toca aprender a conducir de verdad ;p
Muchas gracias a todos por vuestros ánimos!!! Os mando montooones de besos!!
P.D.: insertcoin, pasé hoy por mi ex-facultad pero nadie supo darme razón del hombrecillo de los carteles, si me entero de algo más adelante te aviso.
Muy bien, señores, pues con esto y un bizcocho entre col y col, lechuga.
5 de marzo de 2008
Nightmare
- Nada, no los encuentro...
- ¿Has mirado debajo de la cama?
- ¿Bajo la cam...?
- ¿O en el armario?
- ¿Qué? ¿Por qué iban a...? ¿Acaso les dan miedo los niños?
- Hum, bueno... Mudd dice que a él no desde que le salieron las primeras escamas, pero Zoe es más joven e impresionable.
- Vamos, ya no es una larva.
- Cierto, pero sólo tiene seis brazos, aún debe madurar... y crecer. ¡Déjale! Verás que con el tiempo abandona su escondite. Sólo espera a que tenga hambre. Verdadero hambre.
Pequeño homenaje a la fantasía
- ¿Has mirado debajo de la cama?
- ¿Bajo la cam...?
- ¿O en el armario?
- ¿Qué? ¿Por qué iban a...? ¿Acaso les dan miedo los niños?
- Hum, bueno... Mudd dice que a él no desde que le salieron las primeras escamas, pero Zoe es más joven e impresionable.
- Vamos, ya no es una larva.
- Cierto, pero sólo tiene seis brazos, aún debe madurar... y crecer. ¡Déjale! Verás que con el tiempo abandona su escondite. Sólo espera a que tenga hambre. Verdadero hambre.
Pequeño homenaje a la fantasía
Primer intento
Monto en la moto y me dirijo hacia la zona de salida. Me sitúo y espero a que la voz impersonal que segundos antes citaba mi nombre me dé permiso para empezar. Lo hace. Meto primera y salgo, perfecto. Empiezo a sortear pivotes: uno, dos, tres, cuatro, cinco. El slalom era lo que peor llevaba y no cometí ningún fallo. Dejé el quinto pivote atrás y enfilé el trébol. Ejecuto un ocho perfecto, sigo con la rotonda. Bien. Podría hacerlo con los ojos cerrados. Después viene la rampa. Rueda delantera en línea, vista al frente: estoy preparada. Noto el viento de costado. Acelero. Subo; avanzo; dudo; caigo. "Prueba terminada". Conduzco con la moto hasta el punto de partida. La estaciono en dirección a la pista. Punto muerto. Pata de cabra. Bajo y me quito el casco. ¡Joder! No puedo echar toda la culpa al viento, no aceleré lo suficiente. Lo más paradójico es que la rampa fue la primera prueba que logré hacer perfecta y ya desde la primera clase... ¡Con todo el cariño que le dí! ¡Lo bien que la traté! ¡Nunca la maldije, hasta esta mañana! Era "mi rampita"... En fin, está claro que de desagradecidos está el mundo lleno.
Próxima cita la semana que viene y esta vez creo que sí lo voy a conseguir
:D
Próxima cita la semana que viene y esta vez creo que sí lo voy a conseguir
:D
29 de febrero de 2008
Paso a paso
Vetadas mientras viviera en casa de mis padres; al alcance de mi mano una vez que hubiera salido de allí. Su oposición no es acérrima, si bien el rechazo sigue vigente, pero ya sólo tienen opinión.
Hoy fue mucho mejor de lo que esperaba. Además, los nervios han pasado: sé que puedo hacerlo
:)
Hoy fue mucho mejor de lo que esperaba. Además, los nervios han pasado: sé que puedo hacerlo
:)
20 de febrero de 2008
Looking back
El color plomizo del cielo los días de lluvia me relaja. Me hace recordar las tardes de los domingos otoñales de mi infancia, aquellas en las que un chocolate caliente con galletas era todo un manjar. En las que mirabas con ojos "golosos" como las gotas de lluvia formaban charcos en la calle, los cuales te dispondrías a pisar en cuanto salieras de casa protegida por tu chubasquero (azul, en mi caso) y tus katiuskas (amarillas, por supuesto, de ese amarillo pollo inconfundible), los cuales servían de poco ante la fuerza con la que saltabas.
Añoro esas tardes cuando llegaba a casa empapada y mi madre me miraba de forma condescendiente mientras me ayudaba a quitarme la ropa mojada en el baño para que me diera una ducha. Cuando mi padre me preparaba un caldo caliente por la noche y me lo servía en un tazón en el que previamente había introducido un trocito de jamón, de forma que cuando terminaba de bebermelo siempre encontraba una "sorpresa".
En algún momento torcí mi rumbo y empecé a caminar sola, a seguir mi propia senda, me alejé de ellos. Ahora los he reencontrado y son distintos, soy distinta, y me gusta: somos pares porque fui capaz de aceptar en su momento que no son infalibles, que nadie lo es. A veces, mientras me hablan o cuando no se dan cuenta, les miro atentamente y pienso en cómo ha pasado el tiempo. Para ellos. Para mí.
Hoy mi chubasquero es rojo y ya no llevo katiuskas, pero aún sigo pisando charcos...
Añoro esas tardes cuando llegaba a casa empapada y mi madre me miraba de forma condescendiente mientras me ayudaba a quitarme la ropa mojada en el baño para que me diera una ducha. Cuando mi padre me preparaba un caldo caliente por la noche y me lo servía en un tazón en el que previamente había introducido un trocito de jamón, de forma que cuando terminaba de bebermelo siempre encontraba una "sorpresa".
En algún momento torcí mi rumbo y empecé a caminar sola, a seguir mi propia senda, me alejé de ellos. Ahora los he reencontrado y son distintos, soy distinta, y me gusta: somos pares porque fui capaz de aceptar en su momento que no son infalibles, que nadie lo es. A veces, mientras me hablan o cuando no se dan cuenta, les miro atentamente y pienso en cómo ha pasado el tiempo. Para ellos. Para mí.
Hoy mi chubasquero es rojo y ya no llevo katiuskas, pero aún sigo pisando charcos...
14 de febrero de 2008
11 de febrero de 2008
Tres
Pasé gran parte de la tarde pensando en qué podría escribir pero no era capaz de encontrar las palabras adecuadas. Redactaba, tachaba, volvía a redactar, dejaba la frase a la mitad... Parecía que nada era lo suficientemente bueno o acertado.
Faltaba algo, mucho de hecho, faltaba yo. Era como si las palabras formaran expresiones vacías: no acertaba a poner por escrito todo lo quiero decir tal y como quiero decirlo.
Nunca se me dio demasiado bien expresar lo que siento y mucho menos escribirlo, prefiero demostarlo. Es por eso por lo que quiero que mis sentidos te hablen por mí.
Faltaba algo, mucho de hecho, faltaba yo. Era como si las palabras formaran expresiones vacías: no acertaba a poner por escrito todo lo quiero decir tal y como quiero decirlo.
Nunca se me dio demasiado bien expresar lo que siento y mucho menos escribirlo, prefiero demostarlo. Es por eso por lo que quiero que mis sentidos te hablen por mí.
7 de febrero de 2008
¿...?
He caído en la cuenta de que si mi vida fuera un manga, pasaría la mayor parte del día caída en el suelo con los pies para arriba o con una gota enorme resbalando por un lateral de mi cabeza...
O_oU
O_oU
6 de febrero de 2008
Multimarketing
Pensaba que nunca me encontraría cara a cara con el famoso "sistema piramidal" de ventas, ilusa de mí!!! Ayer asistí contenta y decidida a lo que creí sería una entrevista de trabajo para un puesto de atención al cliente; sin embargo, cuán grande fue mi sorpresa cuando al llegar al lugar de la cita me encuentro con que se me asigna una silla entre treinta (ocupadas a su vez por otras tantas personas) y se me pide que atienda al video que se pasa en una pantalla ubicada al fondo de la sala. Me informan, así mismo, de que después nos ofrecerán una presentación de la empresa y que más tarde tendremos una entrevista personal con la persona que nos citó. Intrigada, decido que no pasará nada por que me quede un rato para averiguar qué es lo que quieren de nosotros.
El video en cuestión no era más que una sucesión de imágenes de los acontecimientos deportivos que han sido, en parte, patrocinados por la empresa cuyo nombre no daré; acompañadas estas de un hilo musical en el que pude escuchar "joyas" de los Backstreet boys, Britney Spears, Christina Aguilera, etc, etc. A pesar de todo, aguanté estoicamente mientras tarareaba mentalmente canciones de Bunbury, Quique González o Ayreon entre otros.
Quince minutos después, un señor en apariencia afable y que pretendía ser gracioso, subió a la palestra y pidió que desconectaran la música: sólo por ese gran favor realizado en pro de mis oídos y mi salud mental, ya mereció que le escuchara unos diez minutos. No estuve más.
El hombre (así, a secas, no recuerdo como se llamaba) empezó contándonos la historia de la compañía, intentando vendernos la moto de lo maravillosa que era y de los pingües beneficios ("Hablamos de billones de dólares...") que proprocionaba. Tras la aburrida introducción, pasó a explicarnos la forma en la que podíamos ganar mucho dinero, llegando incluso a referirse a "incalculables beneficios" ¡Oh! ¡Cuán generoso es aquel que decide compartir su sabiduría con el resto de los mortales! ¡Cuán dadivoso quien en lugar de enriquecerse solo, transmite sus conocimientos a aquellos pocos iluminados que quieran escucharle! Pues es para ellos para quienes hablaba: "Hablo, no para los treinta que estais aquí, sino para los cuatro, cinco o seis que sois tan inteligentes como para reconocer la maravillosa oportunidad que se os brinda: la de entrar en un negocio rentable, en una empresa en expansión, la de ganar dinero a espuertas..."
Yo no fui tan inteligente. Quizás es que me he sobreestimado todos estos años y no soy más que una persona anodina, futil, banal, con poco orden en sus pensamientos y escasez de miras, poco reflexiva, en una palabra: ignorante. Quizás, y esta idea me gusta mucho más, él no era más que un embaucador, un encantador de serpientes, un hábil prestidigitador que intentaba convencernos de que el espejismo, efectivamente, era real.
Quería irme, salir de allí, de aquel lugar donde me insultaban con tanta desfachatez y tan poco disimulo. Fue cuando empezó a hablar del multimarketing que no aguanté más, me levanté de la silla y, con la cabeza bien alta, abandoné la habitación seguida por otras cuatro personas que decidieron, como yo, que ya estaba bien de cuentos, que bastaba por hoy. "Buscad adeptos, convencedles de que la empresa es rentable y que se puede hacer dinero a espuertas y lograreis enriqueceros." (Este último entrecomillado no son palabras textuales, pero así fue como sonó su discurso en mi cabeza)
Escapé triste, asqueada, preguntándome a mí misma si realmente es eso todo a lo que puedo optar, cuestionándome mis propios valores, mi inteligencia, mi saber hacer y, lo que es peor, las decisiones que tomé en el pasado. Pude haber optado por una carrera con más salidas, pero entonces me habría engañado a mí misma y ¿acaso eso me hubiera hecho más feliz? No lo creo. Puede que nunca llegue a encontrar un trabajo en mi campo, que tenga que buscar otras opciones para poder vivir, pero siempre he pensado que mi trabajo es lo que hago, no lo que soy. Si ambas situaciones coincidieran sería increiblemente feliz, pero el que no lo hagan no me convierte en desgraciada. Hay tantas personas y cosas maravillosas en mi vida que son muchísimo más importantes que mi trabajo que no merece la pena darle vueltas a algo tan nimio. Soy lo que soy: antropóloga (también tengo algo de escritora en ciernes) Mi trabajo es sólo un sueldo (y bien que me lo gano xD)
El video en cuestión no era más que una sucesión de imágenes de los acontecimientos deportivos que han sido, en parte, patrocinados por la empresa cuyo nombre no daré; acompañadas estas de un hilo musical en el que pude escuchar "joyas" de los Backstreet boys, Britney Spears, Christina Aguilera, etc, etc. A pesar de todo, aguanté estoicamente mientras tarareaba mentalmente canciones de Bunbury, Quique González o Ayreon entre otros.
Quince minutos después, un señor en apariencia afable y que pretendía ser gracioso, subió a la palestra y pidió que desconectaran la música: sólo por ese gran favor realizado en pro de mis oídos y mi salud mental, ya mereció que le escuchara unos diez minutos. No estuve más.
El hombre (así, a secas, no recuerdo como se llamaba) empezó contándonos la historia de la compañía, intentando vendernos la moto de lo maravillosa que era y de los pingües beneficios ("Hablamos de billones de dólares...") que proprocionaba. Tras la aburrida introducción, pasó a explicarnos la forma en la que podíamos ganar mucho dinero, llegando incluso a referirse a "incalculables beneficios" ¡Oh! ¡Cuán generoso es aquel que decide compartir su sabiduría con el resto de los mortales! ¡Cuán dadivoso quien en lugar de enriquecerse solo, transmite sus conocimientos a aquellos pocos iluminados que quieran escucharle! Pues es para ellos para quienes hablaba: "Hablo, no para los treinta que estais aquí, sino para los cuatro, cinco o seis que sois tan inteligentes como para reconocer la maravillosa oportunidad que se os brinda: la de entrar en un negocio rentable, en una empresa en expansión, la de ganar dinero a espuertas..."
Yo no fui tan inteligente. Quizás es que me he sobreestimado todos estos años y no soy más que una persona anodina, futil, banal, con poco orden en sus pensamientos y escasez de miras, poco reflexiva, en una palabra: ignorante. Quizás, y esta idea me gusta mucho más, él no era más que un embaucador, un encantador de serpientes, un hábil prestidigitador que intentaba convencernos de que el espejismo, efectivamente, era real.
Quería irme, salir de allí, de aquel lugar donde me insultaban con tanta desfachatez y tan poco disimulo. Fue cuando empezó a hablar del multimarketing que no aguanté más, me levanté de la silla y, con la cabeza bien alta, abandoné la habitación seguida por otras cuatro personas que decidieron, como yo, que ya estaba bien de cuentos, que bastaba por hoy. "Buscad adeptos, convencedles de que la empresa es rentable y que se puede hacer dinero a espuertas y lograreis enriqueceros." (Este último entrecomillado no son palabras textuales, pero así fue como sonó su discurso en mi cabeza)
Escapé triste, asqueada, preguntándome a mí misma si realmente es eso todo a lo que puedo optar, cuestionándome mis propios valores, mi inteligencia, mi saber hacer y, lo que es peor, las decisiones que tomé en el pasado. Pude haber optado por una carrera con más salidas, pero entonces me habría engañado a mí misma y ¿acaso eso me hubiera hecho más feliz? No lo creo. Puede que nunca llegue a encontrar un trabajo en mi campo, que tenga que buscar otras opciones para poder vivir, pero siempre he pensado que mi trabajo es lo que hago, no lo que soy. Si ambas situaciones coincidieran sería increiblemente feliz, pero el que no lo hagan no me convierte en desgraciada. Hay tantas personas y cosas maravillosas en mi vida que son muchísimo más importantes que mi trabajo que no merece la pena darle vueltas a algo tan nimio. Soy lo que soy: antropóloga (también tengo algo de escritora en ciernes) Mi trabajo es sólo un sueldo (y bien que me lo gano xD)
3 de febrero de 2008
...
La mañana pasó demasiado rápido; sin embargo, desde la una de la tarde el reloj parece no avanzar.
Miro a mi alrededor. Respiro. Pienso en que voy a verte. Empiezo a sonreir.
:*
Miro a mi alrededor. Respiro. Pienso en que voy a verte. Empiezo a sonreir.
:*
2 de febrero de 2008
Otros
Ayer, mientras leía acerca de la política exterior y los conflictos entre el mundo árabe y occidente, pensaba en los "ataques preventivos". No en los políticos, únicamente, sino en los que se llevan a cabo de forma cotidiana, en el día a día, esto es, en esos momentos en los que para no sufrir o guardarse de un futuro (y supuesto) dolor se tiende a atacar al otro antes de que este haya hecho nada que pudiera ofender o dañar.
En dicho texto, cuando se habla de las causas palestina o saharaui, no se defiende a las mismas o se intentan justificar sus acciones aportando una breve historia de ambos conflictos; por el contrario, lo que se hace es atacar al contrario, buscando al apoyo del lector a través de argumentos demagógicos. Habiendo estudiado ambos conflictos, he podido conocer su historia y eso ha provocado que me haya formado una opinión propia, la cual revierte en favor de ambas causas; sin embargo, al leer dicho artículo, no logré empatizar con ninguna de ellas en ese momento concreto: el texto me resultaba demasiado agresivo.
Hay muchas maneras de decir las cosas, de ganar simpatías a través del discurso, pero intentar hacerlo mediante el adoctrinamiento no es la solución. El acercamiento se produce gracias a lo conocido, a aquello que se tiene en común, a lo compartido, nunca se logra exagerando la diferencia.
Para terminar tres recomendaciones: la película "Paradise now", el documental "Cruzando el puente. Los sonidos de Estambul" y el ensayo "Orientalismo". No es mucho pero resulta suficiente.
En dicho texto, cuando se habla de las causas palestina o saharaui, no se defiende a las mismas o se intentan justificar sus acciones aportando una breve historia de ambos conflictos; por el contrario, lo que se hace es atacar al contrario, buscando al apoyo del lector a través de argumentos demagógicos. Habiendo estudiado ambos conflictos, he podido conocer su historia y eso ha provocado que me haya formado una opinión propia, la cual revierte en favor de ambas causas; sin embargo, al leer dicho artículo, no logré empatizar con ninguna de ellas en ese momento concreto: el texto me resultaba demasiado agresivo.
Hay muchas maneras de decir las cosas, de ganar simpatías a través del discurso, pero intentar hacerlo mediante el adoctrinamiento no es la solución. El acercamiento se produce gracias a lo conocido, a aquello que se tiene en común, a lo compartido, nunca se logra exagerando la diferencia.
Para terminar tres recomendaciones: la película "Paradise now", el documental "Cruzando el puente. Los sonidos de Estambul" y el ensayo "Orientalismo". No es mucho pero resulta suficiente.
31 de enero de 2008
Fricadas
24 de enero de 2008
¿...?
Conversación telefónica 1:
- Hum... me aparece el billete en la pantalla..., ¿qué hago?
- ... Imprímalo... [O_O]
- Eh... ¿cómo lo hago?
- ... Pulsando sobre el botón de imprimir que le aparece en el archivo, el que tiene el dibujo de una impresora... [O_O] ...
- Aaahhh... vale, vale... A ver...
- ... [O_O] ...
- Sí, ya está imprimiendo. Gracias.
- Gracias a usted por su llamada. Hasta luego.
- Adios.
O_O
Conversación telefónica 2:
- ¿El "origen" es de donde salgo o hacia donde voy?
O_O
- Hum... me aparece el billete en la pantalla..., ¿qué hago?
- ... Imprímalo... [O_O]
- Eh... ¿cómo lo hago?
- ... Pulsando sobre el botón de imprimir que le aparece en el archivo, el que tiene el dibujo de una impresora... [O_O] ...
- Aaahhh... vale, vale... A ver...
- ... [O_O] ...
- Sí, ya está imprimiendo. Gracias.
- Gracias a usted por su llamada. Hasta luego.
- Adios.
O_O
Conversación telefónica 2:
- ¿El "origen" es de donde salgo o hacia donde voy?
O_O
21 de enero de 2008
Breve biografía
Norma R. Stevenson nació en 1895 en Savannah (Georgia, EE.UU.) en el seno de una familia adinerada. Su padre, Louis W. Stevenson, era un importante comerciante: su flota de pesqueros era la mayor del Estado.
A la edad de cinco años, Norma, sufrió una rotura de tobillo, la cual la condenó a una ligera cojera que, junto con su introversión natural y una ligera tartamudez en momentos de nerviosismo o efusividad, sería uno de los factores que la condenaría al ostracismo entre los demás niños de su edad. Tímida, con tendencia a la soledad y la divagación fantástica, Norma, fue creando un universo propio en el que se sentía cómoda y arropada. Sin embargo, su cojera, no fue un impedimento para las actividades deportivas, en las que destacaba sobreponiéndose a su inicial dificultad.
Cuando contaba apenas siete años de edad sus padres desaparecieron en misteriosas circunstancias durante una travesía a Nueva York. El único superviviente fue el patrón del barco a quien encontraron a los tres días de haber partido la nave del puerto, en la orilla, con la ropa hecha jirones, mirando al mar sin ver, mientras balbuceaba incoherencias: hubo de ser internado en un sanatorio. Louis y su esposa, Anne, fueron dados por muertos tras seis meses de intensa búsqueda infructuosa. Desde ese momento, Norma, quedó bajo la tutela de su tía Roberta, la hermana mayor de su padre, una mujer estricta, dominante, con una marcada agorafobia, la cual, unida a su fotosensibilidad, hacía que permaneciera encerrada en casa entre penumbras. La niña hubo de acostumbrarse a esta nueva situación de reclusión hogareña, para ello se refugió en la extensa colección de libros de su tía, cuya biblioteca era la mayor de la ciudad. Así, podía viajar a mundos que le eran ajenos y descubrir pueblos y gentes diferentes.
A los dieciochos años de edad, su tía, la envió a Boston para que pudiera iniciar sus estudios universitarios de Antropología en la Universidad de Harvard. Cuando dos años después murió Roberta, Norma, recibió en herencia la gran biblioteca de su tía, así como la posibilidad de disponer libremente de la fortuna de sus padres, cuyo negocio seguía funcionando. Decidida a dedicarse por entero a los libros, su pasión, abrió una librería en Boston, una parte de la cual dedicó a préstamo de libros (aquellos que habían pertenecido a su tía y que no podía albergar en su pequeño apartamento) Sería Spencer Becker Jr., abogado de Becker & Thory e hijo del abogado de sus padres y antiguo albacea de su fortuna, quien se haría cargo del mantenimiento y administración del negocio paterno en Savannah por orden de Norma que quedaría únicamente como beneficiaria.
La vida de Norma transcurría tranquila, dentro de la rutina que tanto la serenaba, hasta que un día a mediados de 1920...
A la edad de cinco años, Norma, sufrió una rotura de tobillo, la cual la condenó a una ligera cojera que, junto con su introversión natural y una ligera tartamudez en momentos de nerviosismo o efusividad, sería uno de los factores que la condenaría al ostracismo entre los demás niños de su edad. Tímida, con tendencia a la soledad y la divagación fantástica, Norma, fue creando un universo propio en el que se sentía cómoda y arropada. Sin embargo, su cojera, no fue un impedimento para las actividades deportivas, en las que destacaba sobreponiéndose a su inicial dificultad.
Cuando contaba apenas siete años de edad sus padres desaparecieron en misteriosas circunstancias durante una travesía a Nueva York. El único superviviente fue el patrón del barco a quien encontraron a los tres días de haber partido la nave del puerto, en la orilla, con la ropa hecha jirones, mirando al mar sin ver, mientras balbuceaba incoherencias: hubo de ser internado en un sanatorio. Louis y su esposa, Anne, fueron dados por muertos tras seis meses de intensa búsqueda infructuosa. Desde ese momento, Norma, quedó bajo la tutela de su tía Roberta, la hermana mayor de su padre, una mujer estricta, dominante, con una marcada agorafobia, la cual, unida a su fotosensibilidad, hacía que permaneciera encerrada en casa entre penumbras. La niña hubo de acostumbrarse a esta nueva situación de reclusión hogareña, para ello se refugió en la extensa colección de libros de su tía, cuya biblioteca era la mayor de la ciudad. Así, podía viajar a mundos que le eran ajenos y descubrir pueblos y gentes diferentes.
A los dieciochos años de edad, su tía, la envió a Boston para que pudiera iniciar sus estudios universitarios de Antropología en la Universidad de Harvard. Cuando dos años después murió Roberta, Norma, recibió en herencia la gran biblioteca de su tía, así como la posibilidad de disponer libremente de la fortuna de sus padres, cuyo negocio seguía funcionando. Decidida a dedicarse por entero a los libros, su pasión, abrió una librería en Boston, una parte de la cual dedicó a préstamo de libros (aquellos que habían pertenecido a su tía y que no podía albergar en su pequeño apartamento) Sería Spencer Becker Jr., abogado de Becker & Thory e hijo del abogado de sus padres y antiguo albacea de su fortuna, quien se haría cargo del mantenimiento y administración del negocio paterno en Savannah por orden de Norma que quedaría únicamente como beneficiaria.
La vida de Norma transcurría tranquila, dentro de la rutina que tanto la serenaba, hasta que un día a mediados de 1920...
9 de enero de 2008
Serenidad
tick-tack...tick-tack...
Durante dos minutos no sonó el teléfono.
tick-tack...tick-tack...
Pudiste contarlos.
tick-tack...tick-tack...
Fuiste feliz.
Durante dos minutos no sonó el teléfono.
tick-tack...tick-tack...
Pudiste contarlos.
tick-tack...tick-tack...
Fuiste feliz.
6 de enero de 2008
Un poco de humor.
Working. No hay apenas llamadas. Si no fuera por la hora de salida sería un día de trabajo perfecto: tranquilo y dedicado a leer y navegar por la red. Demasiado bueno para ser verdad, se ve que los regalos mantienen a los usuarios lo suficientemente entretenidos como para no tener la necesidad de contar su vida a desconocidos (que es lo que suelen hacer normalmente cuando llaman) Lo siento, pero para eso están los psicólogos colegiados y a mi no me pagan por ser consejera: desafortunadamente, pues mi sueldo se incrementaría notablemente.
Este nuevo año he decidido disfrutar de las cosas buenas que me pasen y no pensar en las malas más que lo estrictamente necesario, esto es, muy poco. Siguiendo los consejos y razonamientos lógicos del gran Christopher Boone. Y, a pesar de que sé a ciencia cierta que a nuestro protagonista no le gustan los chistes (sólo sabe contar tres) a vosotros no creo que os ocurra lo mismo, así que aquí teneis unas cuantas viñetas. ¡Disfrutadlas y aprovechad el día!
Este nuevo año he decidido disfrutar de las cosas buenas que me pasen y no pensar en las malas más que lo estrictamente necesario, esto es, muy poco. Siguiendo los consejos y razonamientos lógicos del gran Christopher Boone. Y, a pesar de que sé a ciencia cierta que a nuestro protagonista no le gustan los chistes (sólo sabe contar tres) a vosotros no creo que os ocurra lo mismo, así que aquí teneis unas cuantas viñetas. ¡Disfrutadlas y aprovechad el día!
3 de enero de 2008
Desde el carajo (en su aceptación marina ;D)
Un año comienza. Preguntarse por lo que traerá consigo no hace más que eliminar la sorpresa de lo que está por venir. Sería como condecorarse antes de haber realizado una hazaña o poner una tirita previo sangrado de la herida aún no producida.
Anticiparse a los hechos sólo conlleva ansiedad: son tantas las posibilidades... Nunca he creido en el destino sino en la elección personal. Algo ocurre, no es un hecho aislado, otra acción lo provocó, la cual, a su vez, es resultado de una anterior, que resulta de otra anterior, etc. Además, dicho hecho traerá consigo una serie de consecuencias que, a su vez, provocarán nuevos acontecimientos, de nuevo etc. Y en todos estos casos ha habido una elección: eso es lo más interesante de todo.
Nuestras decisiones están condicionadas por las circunstancias (temporales, personales, de lugar,...) No podemos elegirlas, nos vienen impuestas pero sí que podemos sobreponernos a ellas, adaptarnos, modificarlas. No hay nada inamovible.
Disfruto de los cambios, traen todo un abanico de posibilidades consigo, nuevas sorpresas. En ocasiones los tomo con recelo, en otras con dolor o rabia, alegría o indecisión, o desconcierto, pero siempre intento aprender algo de cada uno de ellos, al mismo tiempo que no dejo de avanzar. Hay que moverse.
El año comenzó de la mejor manera posible y cada vez toma un mejor rumbo. Claro que puede haber tormentas, corrientes inesperadas, ligeras marejadas y periodos de calma chicha pero, ¿cuál sería la gracia del viaje si nada inesperado ocurriera en el mismo? ¿Qué clase de mzungus seríamos si dejáramos de caminar por el temor a lo desconocido?
Sigo adelante, disfrutando del viaje, aprendiendo (sé que soy buena alumna ;D), esperando (ocurra lo que ocurra) llegar a buen puerto y en estos momentos noto el viento a favor.
Anticiparse a los hechos sólo conlleva ansiedad: son tantas las posibilidades... Nunca he creido en el destino sino en la elección personal. Algo ocurre, no es un hecho aislado, otra acción lo provocó, la cual, a su vez, es resultado de una anterior, que resulta de otra anterior, etc. Además, dicho hecho traerá consigo una serie de consecuencias que, a su vez, provocarán nuevos acontecimientos, de nuevo etc. Y en todos estos casos ha habido una elección: eso es lo más interesante de todo.
Nuestras decisiones están condicionadas por las circunstancias (temporales, personales, de lugar,...) No podemos elegirlas, nos vienen impuestas pero sí que podemos sobreponernos a ellas, adaptarnos, modificarlas. No hay nada inamovible.
Disfruto de los cambios, traen todo un abanico de posibilidades consigo, nuevas sorpresas. En ocasiones los tomo con recelo, en otras con dolor o rabia, alegría o indecisión, o desconcierto, pero siempre intento aprender algo de cada uno de ellos, al mismo tiempo que no dejo de avanzar. Hay que moverse.
El año comenzó de la mejor manera posible y cada vez toma un mejor rumbo. Claro que puede haber tormentas, corrientes inesperadas, ligeras marejadas y periodos de calma chicha pero, ¿cuál sería la gracia del viaje si nada inesperado ocurriera en el mismo? ¿Qué clase de mzungus seríamos si dejáramos de caminar por el temor a lo desconocido?
Sigo adelante, disfrutando del viaje, aprendiendo (sé que soy buena alumna ;D), esperando (ocurra lo que ocurra) llegar a buen puerto y en estos momentos noto el viento a favor.
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